Cuidado con las apartamenteras
Ambas son bonitas, elegantes y convincentes. Tanto, que los 25 años que lleva Pedro Pérez* en el sector de la construcción no fueron suficientes para percatarse de que aquellas mujeres jamás quisieron comprarle su vivienda sino robarle plata y todas las cosas de valorque encontraran a su paso.
La primera se hace llamar Paula. Es mona, alta y de unos 35 años. Contundente, le aseguró que por la venta de una finca panelera que su padre tenía en Porce, contaba con los 800 millones de pesos que cuesta el apartamento en el sector del Club Campestre, en El Poblado. Además, dijo que para respaldar la compra contaba con una tractomula y un carrotanque.
Lo visitó a principios de junio y volvió una noche de la semana siguiente a pedirle dos millones de pesos prestados para pagar parte de los trámites de la compraventa. Siempre la acompañó un hombre con el que, según contó, se casaría pronto.
A Pedro le pareció extraña la solicitud y se negó, pero no tuvo la misma fuerza de voluntad ante la segunda dama.
A las 11:30 de la mañana del martes 21 de junio lo visitó “Lucy”,de unos 30 años, bajita, blanca y de pelo negro. “Con una carreta hasta rara”, como reconoce ahora Pedro, afirmó que trabaja en la Notaría 25 y se ofreció a obtener el paz y salvo del impuesto predial con dos millones.
La visita duró media hora en la que la supuesta compradora se tomó un jugo y generó confianza en Pedro y su esposa.
Avanzó la conversación y los señores accedieron a darle el dinero para que ella adelantara los trámites, lo que facilitaría la venta del inmueble.
“Lucy” salió y nunca regresó. Tampoco volvieron losdos millones ni un computador portátil, una cámara digital y dos porcelanasque reposaban en la sala del apartamento.
En la portería del edificio hay cámaras que habrían registrado a estas tres personas que visitaron a Pedro. Él espera que la administración le preste las grabaciones para denunciar el hecho ante las autoridades.
Nos contó su caso porque considera urgente que la comunidad conozca el modus operandi de lo que para él es una banda de apartamenteros dedicada a estafar a quienes están vendiendo propiedades. La aseveración la formula porque, dice, ha escuchado hablar de casos similares.
No es común
En la estación de Policía de El Poblado es la primera vez que oyen de apartamenteros que recurran a esta modalidad de estafa.
Así lo confesó el teniente Johan Vásquez, comandante (e) de la institución en el barrio.
La afirmación la confirmó el patrullero López, encargado de recibir denuncias en la estación.
López reveló que son más comunes las denuncias sobre mujeres que se acercan a los hombres en rumbasy luego, en la residencia, los dejan sin un peso y sin los objetos de mayor valor.
Este agente también anotó que los apartamenteros atacan, la mayoría de las veces, inmuebles solos, no con sometimiento a los residentes ni robándoles de frente, como le sucedió a Pedro.
El teniente Vásquez sugiere que las víctimas llamen al 123 para que la patrulla de la zona tome todos los detalles del hurto.
Además, la Policía implementa el Plan cuadrantes, que consideran más ágil que la atención en esa línea de emergencias.
El sector del Campestre está en el cuadrante siete, cuyo líder es el subintendente Héctor William Mesa Sánchez. A él lo encuentra en los celulares 313 695 21 21 y 312 716 74 84.
En El Poblado la institución también se apoya en la Red Avantel en la que, 60 usuarios, entre clínicas, establecimientos comerciales y viviendas trabajan en conjunto contra los delincuentes.
¿Inocencia o tacañería?
Federico Estrada García, gerente de La Lonja de Propiedad Raíz de Medellín y Antioquia, sostiene que los apartamenteros son “una preocupación inmensa del gremio”.
Sin embargo, subraya, en muchas ocasiones los propietarios les facilitan el trabajo pues, por tacañería o inocencia, contactan directamente a los posibles compradores o arrendatarios, o delegan esta labor en los porteros, en lugar de contratarla con un agente inmobiliario profesional.
Las organizaciones inmobiliarias se cruzan información, lo que, según Estrada, les ayuda a detectar a delincuentes que se quieran aprovechar del negocio.
El experto sugirió tener cuidado en los contactos directos, sobre todo cuando el posible arrendatario ofrezca seis meses o un año adelantados, para evitarse trámites con agencias. Esto se ha presentado con pillos que se instalan en un inmueble temporalmente, para planear sus fechorías.
Y en ventas, dude cuando el posible comprador lo visite una, dos, tres veces, y el negocio no avance, pues podría estar tratando de generar confianza para después actuar. En este sentido, es normal la participación de una mujer, pues tiende a relajar la relación comercial.
*Nombre cambiado por seguridad de la fuente